VIENTO

Cuando miro al cielo y veo a los pájaros volando anhelo su vuelo, su anarquía para viajar por el aire a su voluntad y mi mente se escapa por la ventana.
Me convierto en viento y estoy con ellos transportándolos con mis brazos pero deciden su dirección con sus alas y gorgojean rumores imperceptibles para mis oídos.

Las personas bajo mi vuelo conducen, trabajan, escriben, leen, juegan (sobretodo los niños), compran, insultan, condenan, venden, aprenden, enseñan, susurran, trafican, matan, mueren, se reproducen, andan, comen, beben, fuman, reivindican, castigan, discriminan, ayudan, cantan, gritan, componen, recitan, lloran, ríen, aman, besan, sueñan. Viven.

Al ver todo esto me doy cuenta de que la sociedad está muy cuadriculada, estipulada, predeterminada y de su poca libertad para cumplir sus sueños, pero yo soy viento y puedo hacer lo que quiera, por eso vuelo hasta los más recónditos lugares donde escucho a los músicos callejeros en el metro, en esquinas, callejones. Viajo a baruchos escondidos donde bohemios soñadores(pintores, músicos, escritores, poetas, ciudadanos poco normales o todos junto) alejan su mente de este mundo y charlan mientras toman un café o unas cervezas leen el periódico o simplemente escuchan o crean música y escriben unos sentados al lado de los otros comentando de vez en cuando sus locuras.
Me cuelo entre las nubes, llego a ti y ondeo tus cabellos porque tu eres mi bandera y así observó mejor tu rostro y lo acaricio y beso con suaves brisas